Cómo entendemos que se hace Caridad

May 13, 2008

Por María del Carmen González-Ceferino Fuentes. Candidata a Diputada de Caridad.

Muchos son los hermanos que se han interesado por saber cuáles son las pautas que va a seguir la Diputación de Caridad si esta candidatura tiene la confianza de los hermanos en las próximas elecciones del día 28 de mayo. La respuesta entendemos que es bien sencilla; sólo hay que echar la vista atrás y ver en los últimos años cómo hemos entendido que se hace Caridad en la Hermandad de Pasión.

Teniendo esto como base, aspiramos a ampliar nuestra ayuda en un doble sentido: ampliarla, en primer lugar, porque los recursos con los que contemos sean mayores; así, confiamos en que cada vez seamos muchos más los hermanos que estemos implicados en este proyecto, lo cual además de servir para trabajar más y mejor nos permitirá sin duda alguna obtener igualmente más recursos económicos que siempre hacen tanta falta; y ampliarla, en segundo lugar, porque las personas a las que ayudemos sean cada vez más. Toda nuestra labor tiene su esencia en eso: ayudar al prójimo por encima de todo, pues detrás de cada anciano, inmigrante, recluso, asociación, convento, etc., hay por encima de todo personas, con sus problemas, sus inquietudes, necesidades… y son a ellas a las que nos debemos y nos damos.

Dentro de la labor desarrollada por la Comisión de Caridad de la Hermandad, la parte más importante -sin ser, curiosamente, la que más dinero conlleva- ha sido, y entendemos que debe seguir siendo, establecer una constante “corriente de amor y fraternidad” para todos los hermanos de Pasión que por una razón u otra la necesitan; lo hemos hecho no por cumplir con una regla más de las de la Hermandad, sino que es algo que todos sus miembros, desde el primero hasta el último, hemos llevado a la práctica con todo nuestro mayor interés y cariño.

Siempre hemos defendido la idea de que dentro de la Hermandad debe reinar un ambiente de unión similar al de una familia, pues todos acudimos a ella para buscar consuelo, compartir las alegrías y vivir la fe comunitariamente unidos principalmente por la devoción que sentimos. Y del mismo modo que en una familia unos miembros se apoyan en otros, hemos estado con nuestros hermanos más necesitados en sus momentos más tristes, en sus muertes estando a su lado en muchos casos hasta casi el último día, en sus enfermedades, visitándoles en los hospitales, en sus casas y en algunos casos en las residencias de ancianos -del Pozo Santo, de San Juan de Dios, de Juan Grande, de San Rafael…-, escuchándoles simplemente sus quejas de la vida, de sus soledades, de la falta de cariño de sus familiares, etc. Solamente estando al lado de esas personas que sufren y permaneciendo en silencio a su lado, oyéndoles y acompañándoles, yo creo que se hace más labor de caridad que quizás dándoles una limosna.

Pero nuestra labor no sólo se ha limitado a los hermanos; por suerte, por lo general, no son los hermanos de Pasión quienes más necesidades pasan, sino personas de muy diverso origen o condición e instituciones de todo tipo a las que hemos ayudado sin preguntar más que lo necesario para realizar bien nuestra labor.

Junto con esta ayuda personal, hemos prestado muchas veces nuestras aportaciones económicas que sirven para aliviar y remediar muchas necesidades; lo hemos hecho a medida de nuestros presupuestos, estando con muchas y muchas familias, entidades, conventos de clausura, familias sin recursos, mujeres en la cárcel, niños de El Vacie, etc., Con todo, no nos hemos limitado a darles el dinero sino que hemos hecho un seguimiento de su situación y por encima de todo hemos estado de una manera personal y afectiva al lado de nuestros hermanos los más necesitados.

Esto ha sido una constante a lo largo de los últimos ocho años y, si Dios lo quiere, así será nuestra meta principal en los años que estemos en la Comisión. Todos los miembros de ella estamos implicados para llevar a buen fin la enseñanza que nuestro Diputado de Caridad, Juan Herrera, nos ha dado con su ejemplo de vida y amor a los demás durante tantos años; sólo con seguir su ejemplo hemos tenido bastante y lo hemos hecho, y si Jesús de la Pasión y la Virgen de la Merced lo quieren, así lo seguiremos haciendo.

Somos así, así nos lo han enseñado, así hemos sido y queremos seguir siendo.

Con mi saludo para todos los hermanos y hermanas de Pasión.